sábado, 29 de septiembre de 2007

Para cambiar la entrada 2 ....

lindo ocaso -->










Es que la foto de ese flayte no me gusto, asi que subire imagenes bonitas y bellas n_n!




Flores bonitas
<--->







<------ linduuuu n_n!!!










^.^!










imagen bella, ja -------------------->





:D





bella la bella
que es bella ella
la bella rebella
que no se llama bella
porque...
¿quien podria llamarse bella?
eres bella katherine.





^_^



lindaaaa ella---> :P *baba*

viernes, 28 de septiembre de 2007

Para cambiar la entrada...


Hace tiempo que no escribia comentarios o algo asi, solo historias, asi que ahora algo de YO.


El otro dia pensaba y me cuestionaba a mi mismo a la vez. Aquellas personas que denominaremos "Flytes", escoria de la humanidad, las cuales solo hacen mal y de hecho hacen que el pais entero se venga abajo, deberian ser erradicadas.


Bajo este juicio, pensé: "Seria mas facil si matasen a todos estos flytes de mierda, ya no tienen vuelta atras y nunca lo tendran "


pero...


siguen siendo seres humanos


o no?


veamos, que se puede decir de alguien que dedica como el 90% -para no decir 100 y generalizar- de su vida a tomar, drogarse, asaltar gente para seguir tomando, matar gente a balazos por que no te dio 100 pesos para comprase un pito, Vamos!, ¿que se puede decir de una persona asi?. ¿es un humano?, en mi opinion es algo mas bajo, mas indecente que un humano, ya no es una persona y ya que causa tanto mal deberian ser erradicados, todos. ¿o me equivoco?


Sé que el mal siempre va a existir y que estara constantemente en lucha contra el bien, pero por que ya uno no puede ni salir a pasear tranquilamente por que te ataca un Flyte y no puedes hacer nada, porque son como 12 contra uno y todos armados y terribles de choros y eso. Entonces ¿que hacemos?, ¿orar por sus putridas almas?, ¿vale la pena un alma asi?, ¿pueden llegar a cambiar o el unico camino es el genocidio? y si la unica salida es el genocidio, ¿POR QUE NADIE LO ACEPTA?.


¿Que es mas cruel? ¡¿arruinar la vida de un inocente que nada iba haciendo mal y que le llega un balazo de casualida por que unos flytes no hayaron nada mejor que dispararse mutuamente por un par de zapatillas O matar a todos estos bastardos incocientes para generar un mundo mejor?!


Igual no digo que a todos, pero a algunos cientos de miles no estaría mal.


Quizá estoy viendo esto demasiado lineal, pero no pueden negar que mis argumentos son suficientes -porque buenos no son-


Acepto opiniones, chuchadas, retos, elogios o lo que se les ocurra. Gracias.


Sean felices! n_n

BYE


PD: se que el tema es viejo, pero da que hablar, comprendanme

PD2: ¿por que no puedo poner una post data 2 sin nada coherente?, hmmmm, ya lo hice XD

martes, 25 de septiembre de 2007

El círculo del 99




Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente que era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.



Un día el rey lo mandó a llamar.



- Paje, le dijo - ¿Cuál es el secreto?



- ¿Qué secreto, Majestad?



- ¿Cuál es el secreto de tu alegría?



- No hay ningún secreto, Alteza.



- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.



- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.



- ¿Porqué esta siempre alegre y feliz? Eh, ¿porqué?



- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo.




Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además, su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no estar feliz?

- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.



- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría mas que complacerlo, pero no hay nada que yo este ocultando...



- ¡Vete, vete antes de que llame al verdugo!





El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.

El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.



- ¿Porqué él es feliz?



- Ah, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del círculo.



- ¿Fuera del círculo?



- Así es.



- ¿Y eso es lo que lo hace feliz?



- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.



- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.



- Así es.



- ¿Y cómo salió?



- Nunca entró



- ¿Qué círculo es ese?



- El círculo del 99.



- Verdaderamente, no te entiendo nada.



- La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos.



- ¿Cómo?



- Haciendo entrar a tu paje en el círculo.



- Eso, obliguémoslo a entrar.



- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.



- Entonces habrá que engañarlo.



- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito.



- ¿Solito? ¿Pero el no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?



- Si se dará cuenta.



- ¡Entonces no entrará!



- No lo podrá evitar.



- ¿Dices que el se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?



- Tal cual Majestad; ¿está dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?



- Sí.



- Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una mas ni una menos.



- ¡99! ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?



- Nada mas que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche..

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa del paje.



Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste."



Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban, para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta.

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa.



Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él.



El paje las tocaba y amontonaba, las a acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas.




Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60... hasta que formó la última pila: ¡¡99 monedas!!.




Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más; luego en el suelo y finalmente en la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era mas baja.



- Me robaron -gritó- ¡¡me robaron, malditos!!



Una vez más buscó en la mesa, en el suelo, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro... sólo 99.





- "99 monedas. Es mucho dinero", pensó. - "Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo" -pensaba- "Cien es un número completo pero noventa y nueve, no."

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus.




El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña.
Tomo papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.



¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después, quizás no necesitara trabajar más.




Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.



Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.



Vender... Vender... Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno, para qué mas de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.



El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99.




Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.



- ¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.



- Nada me pasa, nada me pasa.



- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.



- Hago mi trabajo, ¿no? ¿Que querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?



No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor...






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No me gusto el final, pero la moraleja de la historia en buena. La avaricia es mala, ja.


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domingo, 23 de septiembre de 2007

Trapped between two worlds. [4]


Era una tormenta aturdidora. Cada tanto algún rayo iluminaba la escena y la lluvia implacable no daba ninguna señal de parar. Caía tormentosa y el viento feroz le daba más aspecto de huracán a que de una lluvia de agosto.



A lo lejos una silueta vagaba desorientada, caminaba casi como si algo la estuviese empujando, caminaba sin voluntad, el chico tenía la mirada perdida estaba totalmente empapado y aún sostenía firme el cuchillo que había sacado de su casa, era Sullivan quien sin rumbo solo caminaba.



Pero no estaba solo, su amigo la sombra mayor lo seguía a todas partes, incitandolo a cosas atrozes.


-¡Vamos Sullivan!, que es lo que te sucedió- le susurraba sibilantemente -No querías acabar a aquella criatura que se hacía pasar por tu hermano-

-Hasta donde yo sé- le contestó Sullivan con la mirada perdida -Eso se veía exactamente como mi hermano y aún no puedo creer que intenté acabar con su vida-

La sombra mayor se veía algo molesta

-¡Vamos!, él no es tu hermano, te lo dije, es una sombra capaz de transformarse, una criatura oscura, como las que viste en aquella pantalla las que querían hacerle daño a tu hermano, tu las viste, ¿cierto?- le dijo con tono de molestia

-¿una criatura oscura?, pensé que me habías dicho que era un clon- respondió Sullivan


-Las limitadas mentes de los humanos tienden a rechazar cualquier idea que no les es familiar y atacan, necesitaba de tu confianza Sullivan- respondió con una maligna sonrisa la sombra mayor


-Pero... ¿por que yo, por que soy tan importante para un ser como tu?, ¿alguien que sea 100% sombra debe ser especial, no?- preguntó Sullivan tan normal como quien habla con su perro


-Verás, es bueno que lo sepas, Sullivan- contestó la sombra, algo tramaba, se veía en su mirar


-Este mundo está regido por reglas básicas para todos ustedes, los humanos, tales como la gravedad, la vida limitada y esas cosas, pero nosotros seres de otra dimensión poseemos leyes muy distintas, para empeza el contacto entre dimensiones esta mortalmente prohibido- dijo la sombra mayor


-Pero tu estas aqui, ¿eso no está prohibido?- preguntó Sullivan


-Dije que mortalmente prohibido, no es que no pueda hacerlo sino que si es que lo hago.... muero- contestó la sombra mayor


-Pero...- se dijo Sullivan


-Exacto, toda ley o regla posee una excepción o reglas superiores, como quieras llamarlo, yo no podía salir de mi mundo sin un huésped que me almacenara, o sea tú, y ya que pronunciaste la palabras correctas he podido salir- sonrió la sombra


-Además posees cierto talento que yo no tengo ni nunca tendré, por ser sombra, pero que tu desconoces - le dijo a Sullivan como si se tratase de una criatura más o algo así



-¿Talento?, ¿cual?- pregunto inquieto Sullivan


-Ja y piensas que es tan fácil, no soy como ustedes viles humanos- le dijo altanera la sombra mayor -Ademas por todo hay un precio, es una regla universal, por si acaso- sonrió mas malignamente la sombra


-Hmmm, ¿y cual sería?- preguntó Sullivan



Sulivan era curioso por naturaleza, nada podía alejarlo de las respuestas que buscaba ni de algo que no supiera. Y en ese momento era tal la curiosidad que no podía medir bien sus palabras, era algo que no podía controlar.



Sullivan seguía caminando por la lluvia, prácticamente inconciente de su entorno, ya casi había chocado dos veces con personas que apresuradas se dirijian a sus casas para ocultarse de la lluvia. Nada podía sacar a Sullivan de su estado. Pero su cuerpo cansado le pidió reposo y al primer callejón que vio entró en él y se sentó despreocupadamente, sin importarle el olor, aspécto o si era peligroso el barrio.


-Entonces, ¿cual es el precio?- repitió Sullivan


La sombra mayor percibió sus emociones y supo que lo tenía en su poder


-¿Estas seguro de querer saberlo?- pregunto claramente tratando de avivar la curiosidad de Sullivan


-Claro, si tengo poderes o algo así quisiera saber cuales son- respondió Sullivan


-Esta bien, te diré, pero esta informacion posee un precio ya que tiene cierta incidencia con esta dimensión, el simple hecho de decirtela puede poner un mundo en contra tuyo, ¿aún lo quieres saber?- dijo maliciosamente la sombra mayor


-Dímelo- le mandó Sullivan


-Está bien, estos humanos, ni amables son, jeje. El precio... es una vida- dijo simplista la sombra


-¿Una... vida?, ¿como así?- contestó intrigado Sullivan


-En nuestro mundo lo que importa son las almas, pero estas van en cuerpos, que tienen vida. Entonces al nosotros ganar una vida, ganamos un alma- replicó la sombra mayor


-¿Entonces lo que en realidad necesitas es un alma?- preguntó Sullivan


-Que... astuto, no me extraña que estés como estés- le dijo irónica la sombra


-Hmmm, ¿cualquiera, incluso la mía?- preguntó Sullivan


La sombra había llegado a la pregunta que quería y su mirada dejó escapar una tétrica emoción al borde de empezar a temblar.


-Claro, sería más que suficiente- dijo la sombra mayor notoriamente emocionada


-Entonces te la entrego, te entrego mi vida- dijo desconcertadamente Sullivan


-Jajajajajaja...-





Hubo un gran destello de luz en el callejón que subitamente fue seguido de un destello de sombra, el suerpo de Sullivan arrojaba oscuridad y luz al mismo tiempo. Unas siluetas volaron el el acto, una toda oscura y otra toda de luz. Giraron, se miraron y volando se dirigieron al cuerpo de nuevo, pero esta ahora, en vez de entrar la de luz, entró la de sombra, y la otra silueta se oculto en la sombra del cuerpo.


Yacía el cuerpo innerte de Sullivan en el callejón, aun llovía, y el cuerpo de Sullivan de pronto se reincorporó, se paró con dificultad, se apoyó en sus rodillas y se miró las manos con especial admiración. Luego examinó su cuerpo como si esa fuese la primera vez que lo hacía, abría y cerraba la manos como si el solo hecho de hacerlo le diera gran placer.


Elevó la cabeza para que la lluvia le mojara el rostro, y comenzó a reir, primero despacio y silenciosamente pero cada vez iba aumentando hasta el punto de parecer un loco riendo se en medio de un callejón.


Se calmó un poco y comenzó a caminar, despacio por el callejón.
La mirada de este humano era completamente diferente a la de cualquiera, ojos de un rojo oscuro y la escencia de una asesino le rodeaba cada facción y parte de su cuerpo.



La sombra mayor había tomado control sombre el cuerpo de Sullivan....




continuara...

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Coraje



"La felicidad está en la libertad, y la libertad en el coraje."


Perícles

domingo, 16 de septiembre de 2007

-El Paladín-


Alcanzar la victoria
eso necesito

vencer lo invencible

eso es posible

debo lograrlo....





La mirada del paladin brillaba incluso mas que su propia armadura
Fuerte, decidida, penetrante y brillante



qué mas que mi espada necesito
solo eso y coraje...






Decidido partió en su aventura

nada podra detenerlo

los dioses lo protegeran

y coraje le enviaran







solo coraje necesita....
solo coraje necesito.....

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Komm, Süsser Tod

Komm, Süsser Tod